Misterio rodea frustrado "complot" para liberar a Venezuela
Todos los intentos por destituir al presidente Nicolás Maduro del poder han fallado.
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Comenzó con una inspección policial de rutina en una carretera en el norte de Colombia. En cuestión de días, el gobierno de Venezuela afirmó que era prueba de un complot frustrado para "liberar" al país de su gobierno socialista, con ecos de esfuerzos fallidos del pasado para derrocar a regímenes latinoamericanos.
Los detalles del supuesto complot son turbios. Funcionarios en Washington niegan que haya existido. Pero llega en un momento de fuertes tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, a medida que la administración Trump intensifica los esfuerzos para obligar al presidente Nicolás Maduro a renunciar al poder.
La historia comenzó en Colombia el 23 de marzo, cuando la policía detuvo una camioneta en la costa caribeña en dirección a Venezuela. En la parte posterior, según la fiscalía colombiana, había 26 fusiles semiautomáticos, cascos, gafas de visión nocturna y chalecos antibalas de fabricación estadounidense.
Tres días después, un exgeneral venezolano, Cliver Alcalá, dijo que él era responsable del envío. En una contradictoria entrevista radiofónica dijo que él y sus seguidores, "todos comprometidos con la liberación de Venezuela", habían planeado "una operación militar contra la dictadura de Maduro".
Alcalá, que vive en Colombia, después de haberse enemistado con el gobierno en Caracas, dijo que asesores estadounidenses, a quienes describió como contratistas que trabajan para empresas, sabían sobre el complot. Mismo, agregó, el líder opositor de Venezuela, Juan Guaidó. Ellos, junto con los políticos colombianos, firmaron un contrato autorizándolo, aseguró aunque no mostró el documento.
En Venezuela, el gobierno aprovechó sus declaraciones como prueba de lo que había venido afirmando durante mucho tiempo: que Guaidó, Estados Unidos y Colombia están trabajando juntos para derrocar violentamente al régimen de Maduro.
"Se inició una campaña en Miami, en Washington, en Colombia, para justificar el golpe de estado… los militares, los ataques terroristas que estaban preparando contra Venezuela ", dijo Maduro. “El gobierno de Estados Unidos está detrás de esto. (El presidente colombiano) Iván Duque está detrás de esto”.
El fiscal general de Venezuela ordenó a Guaidó testificar. El líder de la oposición, que ha estado tratando de derrocar a Maduro durante más de un año con el respaldo de EEUU, la UE y la mayor parte de América Latina, desestimó todo conocimiento del complot y se negó a testificar, una decisión que podría conducir a su arresto.
"Son mentiras peligrosas porque pueden usarse como pretexto para arrestar o dañar al presidente interino Juan Guaidó", dijo un funcionario del Departamento de Estado de EEUU a FT, agregando que asesores cercanos y parientes de Guaidó han sido crecientemente blancos de una violenta represión "en las últimas semanas”.
Elliott Abrams, el representante especial de EEUU para Venezuela, dijo que las afirmaciones de que Guaidó había contratado a Alcalá para deshacerse de Maduro eran claramente una mentira, describiéndolas como "despreciables y bastante peligrosas".
Las declaraciones de Alcalá se produjeron horas después de que el Departamento de Justicia de EEUU lo acusara a él, Maduro y a una docena de otros venezolanos en relación con el "narcoterrorismo" y otros delitos. El Departamento de Justicia ofreció US$ 15 millones por información que conduzca al arresto de Maduro y US$ 10 millones por Alcalá.
El exgeneral dijo que no tenía nada que ocultar y se entregó a las autoridades estadounidenses en Colombia. Fue sacado del país en cuestión de horas, a pesar de que los fiscales colombianos dijeron que no había orden de arresto ni solicitud de extradición. El Departamento de Justicia ahora lo está interrogando en EEUU.
Caracas y Washington han ofrecido relatos muy diferentes de lo que está sucediendo.
Los venezolanos dicen que una vez que el complot se desmoronó, los estadounidenses tuvieron que extraer a su "agente", Alcalá, por lo que lo acusaron de narcotráfico y lo llevaron de regreso a Washington antes de que pudiera revelar más secretos.
La versión de Washington es que Alcalá estaba actuando por orden de Caracas cuando hizo su "alocada acusación" contra Guaidó.
"Claramente, el régimen lo usó para hacer esas terribles acusaciones, pero luego se dio cuenta de que sería mejor salir de Colombia y llegar a un lugar donde al menos estuviera físicamente seguro, que era Estados Unidos", dijo Abrams.
El episodio llega en un momento tenso en Venezuela. El lunes, uno de sus buques de la marina venezolana se hundió en el Caribe después de chocar con un crucero de bandera portuguesa. Ambos capitanes culparon al otro. El propietario del crucero dijo que "se dispararon armas de fuego". Maduro dijo que el crucero podría haber estado transportando mercenarios, sin ofrecer evidencia.
Al día siguiente, EEUU dijo que Maduro debería ceder el poder a un gobierno de transición a cambio de que se retiren las sanciones y apoyo humanitario para ayudar al país a lidiar con el brote de coronavirus. Caracas desestimó la "pseudopropuesta" como "miserable".
El miércoles, Trump dijo que estaba enviando buques de guerra más cerca de la costa venezolana para detener a "carteles, delincuentes, terroristas y otros actores malignos" que explotan la pandemia de coronavirus para contrabandear drogas a EEUU.
"Donald Trump se ha vuelto loco", respondió Maduro, anticipando una posible acción de EEUU para derrocarlo. "Si ingresa a Venezuela, será derrotado".
El viernes por la noche, Maduro ordenó un movimiento de artillería para prepararse para lo que describió como "la batalla por la paz", aunque no dio más detalles.
Washington insiste en que quiere una transferencia pacífica del poder en Venezuela mientras intensifica su campaña de presión para derrocar a Maduro, quien ha presidido el colapso de la economía del país y una espiral de crisis humanitaria. EEUU espera poder eliminar el apoyo militar interno de Maduro.
"Históricamente, nadie que se haya enfrentado al sistema de justicia de EEUU ha salido bien", advirtió Mauricio Claver-Carone, el principal asesor de Trump en América Latina, en una entrevista con un canal de televisión de Miami. "Ya sea Noriega, Pablo Escobar o El Chapo Guzmán, nunca terminó bien".